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Mostrando entradas de abril, 2010

Apologia A

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Sonrosada es tu luz como un rostro avergonzado, se levanta un cántico en el horizonte sobre tus pies de arena; al sur: austral, al norte: boreal. Un medallón de oro a la mitad, alas de sangre para poder volar y cuando tu vuelo comienza a irradiar las sombras se dispersan hasta que te vuelvas a ocultar. Los pasajeros de la vida antigua te rinden pleitesías de maíz y yo sólo te quiero ver renacer.

La pájara pinta

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Soy una pájara pinta sentada en el verde limón de tu cuerpo con el pico cojo tu boca y con la boca tu amor. Estoy, estoy, estoy. Soy una pájara pinta posando en un verde limón, con el pico cojo la rama y con la rama tu corazón. Hoy cogí vuelo hacia San Juan hace rin, hace ran traigo maderos para calentar. Vengo, vengo, vengo. Soy una pájara pinta arribando en un viejo limón, con el pico cojo tu mano y con tu mano una caduca pasión. Hoy vuelo hacia el sur. Me lleva, me lleva, me lleva. Soy una pájara pinta visitando un muerto limón con el pico cojo una flor y con la flor mi único amor. Constante, constante, constante. ¿Qué es esta manía fúnebre de vivir? ¿Qué es esta risa vacilona de vivir? Me llaman los días, me recuerdan las noches, abro las alas para que todos puedan ver que esta pájara pinta siempre estuvo enamorada de ti.

2x3

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Laberintos infinitos que se bifurcan, trifurcan, cuatrifurcan… pero al final lo mismo.

Lead

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¿Quién dijo que tengo que morir hoy? ¿Cuándo me abrazará con su calidez hielante? ¿Dónde q uedó el elixir de la vida? ¿Cómo será, acaso habrá una luz al final? ¿Por qué aquí en este ahora? Sólo seré, serás, serán, seremos alimento para gusanos.

No soy

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(1) No soy una musa platónica que inspira poetas, no soy un billete verde con el cual se compra en la oferta y la demanda, no soy una fashionista ni mucho menos una barbie bibliotecaria, no soy una monja enclaustrada devota a un único amor: Dios, no soy una revolucionaria de carteles y piedras, ni una esposa fiel a un solo hombre, ni una madre abnegada a su familia, ni siquiera soy una mujer en la tierra, pero no llegaré a vivir más de los treinta. (2) No valgo nada ni siguiera un simolón porque no soy importante como el oro ni el petróleo. No valgo nada ni si quiera un penique porque no soy famosa ni millonaria. No valgo nada ni siquiera un sucre porque no soy… de hecho no soy nada, ni si quiera sé si me encuentro acá. (3) Prefiero el camino de lo desconocido no soy uno sendero seguro a seguir, me gusta nadar en el chocolate antes que en el agua, no soy nada aseada debo decir, antes de coger un coche escojo caminar no soy una atleta lo tengo que admitir. No soy muchas cosas de aquí

De aquí a una hora

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Una habitación mísera y un cuerpo pálido que no quiere sanar, oleadas líquidas de sangre sin rumbo entre mis dientes como caries malignas, el sol de mi cuerpo que me hace delirar, estoy sin sentir… ¿Quién se atrevió a dibujarme acostada por el resto de mi vida? Un ligero paneo: la manta azul, una silueta inmóvil, un iris violeta. Todo sigue igual. La parca se rebela ante mis sollozos, los que he venido acumulando en la caja musical de la abuela, le di cuerda y los he dejado salir, pero ella como estatua sostiene mi reloj de arena que parece nunca acabar. Pero hoy destruyo ese cuadro viejo de autor desconocido, hoy le arrebato de sus manos mi reloj, hoy me despido de la comida en gotas, del manto azul, y una vez más le digo hola al iris violeta, hoy le hago frente a ese olor farmacéutico y me dejo llevar, obligando a la rebelde.

Voz Lírica

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Ella es la voz de Scheherazade en mis noches de ensueño, son los Azules Turquesas y el viento de Lisandro Aristimuño. Ella es: las mujeres de Almodóvar, es la “Memoria de la poesía” de Jorge Dávila Vásquez. Es tu voz y la mía, la de ellos y la de nosotros. Es la voz del viento en el verano, la voz de la lluvia en el invierno, es el caminar de los transeúntes y el esquivo de cada mirada encontrada. Es la voz de Carmen Paris en su “Cuerpo triste”, es el aroma de cada cuerpo sórdido de Bukowski mezclado con el de ”Las flores del mal” de Baudelaire. Es tu voz y la mía, la de ellos y la de nosotros. Ella es la memoria de cada siglo pasado, es la perfección del número áureo. Ella es el tiempo en mi soledad, ella es mi ruido y mi calma. Ella es mi voz y la tuya, la de ellos y la de nosotros. Es cada suspiro que aspira llegar a ella.