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Mostrando entradas de 2013

Puerto

Te pienso en la ausencia de esa calle que antes estuvo y que ahora no está. Que anda perdida por Lisboa esperando piratas. Que he arribado, con las botas sucias y el sable gastado. ¿Han llegado ellos ya? Que tengo listo el ron, los naipes y el acordeón. Y mi vagina que te espera. Zarpa el velero, nuestra calle anda perdida. Que en el próximo puerto ambos atracan y mi sexo los espera. Siempre soy yo en todas ellas.

El reno y el tulipán

Nunca se supo cómo llegó, en la taiga no crecen los tulipanes, es demasiado frío para una flor de ese tipo, que crece en los lugares cálidos. Pero ahí estaba ella, con su morado resplandeciente, en medio de pinos, abetos y robles. Pero también había alces, lobos y renos. Un reno, especialmente, quedó impresionado por aquella flor. La miró -por días- desde lejos, sin atreverse a acercarse a menos de cinco metros de ella. Pero un día, que salió el sol, el tulipán cantó una melodía yoik como muestra de amistad para el reno. Entonces, él decidió acercarse... la miró, la olió y le hizo una señal de saludo. - Hola, soy Rauni, ¿cómo te llamas? -se presentó el reno. - Nils, ¿por qué no te habías acercado antes? -interrogó sonriendo. - No sabía qué decir y me gusta admirar tu color desde lejos. - Me sentía muy sola, no conozco a nadie; ahora seremos buenos amigos. Nils y Rauni pasaban horas y horas conversando: él le contaba cómo es la vida en la taiga y ella le cantaba melodí