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Mostrando entradas de julio, 2010

Amantes

Quiero hacerle el amor a los libros  todos los días -si me fuera posible-, no le temo a sus palabras impúdicas,  ni a sus mundos vanos, ni al infierno que desde hace años me espera por blasfema. Ni si quiero siento angustia                 de esta vida solitaria -que he escogido-                                                simplemente                                                   acepto esa realidad. No me hace falta nada, ni si quiera Tú, si es que existe existió o existirá un Tú. Una vez dije: Nunca me voy a casar. Pero fui la primera en hacerlo. Estoy casada con mis libros,                 con mis historias,                                con mis personajes,                                                con esta habitación. Son mis amantes los libros, nunca me conformé con uno si puedo tener a muchos                 -me decía siempre-. Un libro no dice lo que quiere decir solo con lo que está escrito. Se leen también                 oliéndolos,                        

Exiliados

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“Soy 50% rasta, 50% Stone” Rastone, Resistencia Suburbana (1) Duermen impávidos los alborotos de la ciudad, descansan las edificaciones, las estatuas de piedra y plata, -a penas- un borracho en el asfalto, una puta en la esquina y un aire de antaño con siluetas de memorias sueltas. Me yergo en plena estampida del exilio junto a mis hermanos los rastone. El mismo bar de mala muerte de siempre, la tentación en cada esquina putrefacta -dejándome caer-, en nuevos placeres en nuevas tendencias. Ya no es el weed, ni la culpa, ni el miedo. ¡Sólo yo! (2) Se dispara la muerte, los días se ausentan (sé que no lo ves) se espantan los caminos, la dolencia sobrevive (quizás mañana lo puedas entender) el no poder desconstruir el tiempo para hacernos otro. Nada. La calle de nuestros pasos mi exilio, (mejor dicho: mi autoexilio) y esta noche en el Túnel, nuestra noche. Y sólo el viento atrevido se atreve a retarnos. ¡Hay que pagar! (3) Los días de marxos